jueves, 7 de abril de 2016

Día Mundial de la Salud: Vence a la diabetes




¿Te gustaría saber cómo el ejercicio físico mejoró la calidad de vida relacionada con la salud  en personas con Diabetes Mellitus tipo 2?

De acuerdo con la Federación Internacional de Diabetes en 2013 la población global con esta enfermedad era de 382 millones de personas, se estima que para 2035 este número aumenta a 592 millones.

Para Latinoamérica los datos muestran que en 2015 el número de personas con Diabetes de 29.6 millones de personas y se calcula que en 2040 habrán aproximadamente 48.8 millones.




Si bien las cifras son preocupantes, la modificación de hábitos de vida poco saludables (sedentarismo, mala alimentación, entre otros) es un factor protector para prevenir la enfermedad o mitigar los efectos de quien ya la padece.



En ese sentido, el ejercicio físico toma importancia al demostrar desde múltiples estudios epidemiológicos su eficacia en la salud mental y física de las personas con diabetes.

A través de las bases de datos científicas internacionales nos encontramos con una interesante investigación que hace referencia a la calidad de vida relacionada con la salud y un programa de ejercicio físico supervisado.

El estudio de referencia fue realizado por Valerie H. Myers y Col. En 2013 con el objetivo de establecer si el ejercicio mejora la calidad de vida relacionada con la salud en individuos sedentarios con diabetes mellitus tipo 2 y cuál modalidad de ejercicio (aeróbico, fuerza y combinado) es mejor sobre los niveles de hemoglobina glucosilada (HbA1c).

La calidad de vida relacionada con la salud se debe evaluar en varias dimensiones del ser humano, física, emocional y social. Se utilizó el cuestionario SF – 36 (si deseas tener más detalles acerca del cuestionario haz clic en el siguiente link https://drive.google.com/file/d/0B77ol0_z13CGelhMVDJ3cUtfdGM/view) como herramienta para medir estas variables.

En estudios con intervenciones similares el ejercicio mostró un efecto positivo sobre la calidad de vida relacionada con la salud en personas con otras patologías como hipertensión, epoc y cáncer.
Un total de 262 adultos sedentarios con niveles de hemoglobina glucosilada entre 6,5% y 11 % fueron asignados al azar para los cuatro grupos (aeróbico, fuerza, combinado y control).

La intervención fue diseñada con volúmenes similares para los tres grupos. La intensidad para el grupo de ejercicio aeróbico fue entre el 50 % y el 80% de Vo2 máximo y la mayoría de la intervención fue llevada a cabo en la banda sinfín.

Los participantes del grupo de entrenamiento de fuerza realizaron ejercicio tres veces por semana, cada sesión consistía en dos series de ejercicios para la cadena cinética superior (press de banca, remo sentado, press de hombro, haló alto) tres series de 3 ejercicios de la cadena cinética inferior (prensa horizontal, extensión y flexión de rodilla) y dos series de flexión de columna y extensiones lumbares.
El grupo de ejercicio combinado tuvo dos sesiones de fuerza por semana, cada una consistía en una serie de los nueve ejercicios mencionados anteriormente. Para los grupos de ejercicio de fuerza y combinado cada serie tenía entre 10 y 12 repeticiones.

El grupo control realizó stretching y relajación con un volumen total de 45 minutos por semana.




En el componente físico los tres grupos de intervención tuvieron mejoras significativas en comparación el grupo control (fuerza p= 0,005, aeróbico p=0,001, combinado p= 0,015).


En la subescala de función física el grupo de entrenamiento aeróbico y combinado tuvieron mejoras significativas comparados con el grupo control (aeróbica p=0,025, Combinado p=0,003).



En la subescala de dolor corporal el grupo de fuerza reportó pequeños efectos en el dolor corporal comparado con el grupo control (p= 0,026).


 En la subescala de salud general los tres grupos de ejercicio mejoraron comparados con el grupo control (fuerza p= 0,003, aeróbica p=0,024, Combinado p=0,024).

Los cambios en el componente mental no presentaron diferencias estadísticas significativas entre el grupo control y los grupos de ejercicio (todos p> 0, 05).

En conclusión el estudio arroja que un programa de ejercicio físico supervisado mejora la calidad de vida en el componente físico en individuos diabéticos tipo 2 sin importar la modalidad de entrenamiento (fuerza, aeróbico o combinado).

Adicionalmente, a pesar de que el efecto del programa de ejercicios sobre el componente mental fue limitado, las mejoras se dieron en el grupo de entrenamiento combinado.
En la investigación se encontró que los tres grupos de ejercicio tuvieron mejoras en el componente físico comparado con el grupo control.

Finalmente este estudio proporciona evidencia sobre los beneficios que pueden obtener los adultos  diabéticos tipo 2 adhiriéndose a un programa de ejercicio físico sin importar su modalidad.

APLICACIONES PRÁCTICAS

Como entrenadores personales y de acuerdo a lo encontrado por Myers y Col. en 2013, contamos con tres modalidades de entrenamiento (aeróbico, fuerza y combinado) para mejorar el componente físico en la calidad de vida relacionada con la salud en personas adultas diabéticas tipo 2.

Debemos, desde nuestra prescripción, garantizar la adherencia a un programa de ejercicio físico que incida directamente en la calidad de vida relacionada con la salud en sujetos diabéticos tipo 2.

Aunque el estudio arroja efectos significativos en el componente físico de la calidad de vida relacionada con la salud, se sugiere continuar investigando al respecto pues el diseño de la investigación no permite que este estudio sea concluyente.

1 comentario:

  1. No olvides comentar y compartir... podrá ser de mucha utilidad para familiares o personas cercanas a nosotros.

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