¿Te gustaría saber cómo el ejercicio físico mejoró la calidad de vida relacionada con la salud en personas con Diabetes Mellitus tipo 2?
De acuerdo con la Federación
Internacional de Diabetes en 2013 la población global con esta enfermedad era
de 382 millones de personas, se estima que para 2035 este número aumenta a 592
millones.
Para Latinoamérica los datos
muestran que en 2015 el número de personas con Diabetes de 29.6 millones de
personas y se calcula que en 2040 habrán aproximadamente 48.8 millones.
Si bien las cifras son
preocupantes, la modificación de hábitos de vida poco saludables (sedentarismo,
mala alimentación, entre otros) es un factor protector para prevenir la
enfermedad o mitigar los efectos de quien ya la padece.
En ese sentido, el ejercicio
físico toma importancia al demostrar desde múltiples estudios epidemiológicos
su eficacia en la salud mental y física de las personas con diabetes.
A través de las bases de datos
científicas internacionales nos encontramos con una interesante investigación
que hace referencia a la calidad de vida relacionada con la salud y un programa
de ejercicio físico supervisado.
El estudio de referencia fue
realizado por Valerie H. Myers y Col. En 2013 con el objetivo de establecer si
el ejercicio mejora la calidad de vida relacionada con la salud en individuos sedentarios
con diabetes mellitus tipo 2 y cuál modalidad de ejercicio (aeróbico, fuerza y
combinado) es mejor sobre los niveles de hemoglobina glucosilada (HbA1c).
La calidad de vida relacionada
con la salud se debe evaluar en varias dimensiones del ser humano, física,
emocional y social. Se utilizó el cuestionario SF – 36 (si deseas tener más
detalles acerca del cuestionario haz clic en el siguiente link https://drive.google.com/file/d/0B77ol0_z13CGelhMVDJ3cUtfdGM/view)
como herramienta para medir estas variables.
En estudios con intervenciones
similares el ejercicio mostró un efecto positivo sobre la calidad de vida
relacionada con la salud en personas con otras patologías como hipertensión,
epoc y cáncer.
Un total de 262 adultos
sedentarios con niveles de hemoglobina glucosilada entre 6,5% y 11 % fueron
asignados al azar para los cuatro grupos (aeróbico, fuerza, combinado y
control).
La intervención fue diseñada con
volúmenes similares para los tres grupos. La intensidad para el grupo de
ejercicio aeróbico fue entre el 50 % y el 80% de Vo2 máximo y la mayoría de la
intervención fue llevada a cabo en la banda sinfín.
Los participantes del grupo de
entrenamiento de fuerza realizaron ejercicio tres veces por semana, cada sesión
consistía en dos series de ejercicios para la cadena cinética superior (press
de banca, remo sentado, press de hombro, haló alto) tres series de 3 ejercicios
de la cadena cinética inferior (prensa horizontal, extensión y flexión de
rodilla) y dos series de flexión de columna y extensiones lumbares.
El grupo de ejercicio combinado
tuvo dos sesiones de fuerza por semana, cada una consistía en una serie de los
nueve ejercicios mencionados anteriormente. Para los grupos de ejercicio de
fuerza y combinado cada serie tenía entre 10 y 12 repeticiones.
El grupo control realizó
stretching y relajación con un volumen total de 45 minutos por semana.
En el componente físico los tres
grupos de intervención tuvieron mejoras significativas en comparación el grupo
control (fuerza p= 0,005, aeróbico p=0,001, combinado p= 0,015).
En la subescala de función física
el grupo de entrenamiento aeróbico y combinado tuvieron mejoras significativas
comparados con el grupo control (aeróbica p=0,025, Combinado p=0,003).
En la subescala de dolor corporal
el grupo de fuerza reportó pequeños efectos en el dolor corporal comparado con
el grupo control (p= 0,026).
Los cambios en el componente
mental no presentaron diferencias estadísticas significativas entre el grupo
control y los grupos de ejercicio (todos p> 0, 05).
En conclusión el estudio arroja
que un programa de ejercicio físico supervisado mejora la calidad de vida en el
componente físico en individuos diabéticos tipo 2 sin importar la modalidad de
entrenamiento (fuerza, aeróbico o combinado).
Adicionalmente, a pesar de que el
efecto del programa de ejercicios sobre el componente mental fue limitado, las
mejoras se dieron en el grupo de entrenamiento combinado.
En la investigación se encontró
que los tres grupos de ejercicio tuvieron mejoras en el componente físico
comparado con el grupo control.
Finalmente este estudio proporciona
evidencia sobre los beneficios que pueden obtener los adultos diabéticos tipo 2 adhiriéndose a un programa
de ejercicio físico sin importar su modalidad.
APLICACIONES PRÁCTICAS
Como entrenadores personales y de
acuerdo a lo encontrado por Myers y Col. en 2013, contamos con tres modalidades
de entrenamiento (aeróbico, fuerza y combinado) para mejorar el componente
físico en la calidad de vida relacionada con la salud en personas adultas
diabéticas tipo 2.
Debemos, desde nuestra
prescripción, garantizar la adherencia a un programa de ejercicio físico que
incida directamente en la calidad de vida relacionada con la salud en sujetos
diabéticos tipo 2.
Aunque el estudio arroja efectos
significativos en el componente físico de la calidad de vida relacionada con la
salud, se sugiere continuar investigando al respecto pues el diseño de la
investigación no permite que este estudio sea concluyente.